Sala pequeña, cómoda, íntima. Dos sillones, una mesa de centro, lámparas. Carro de servicio con vinos y hielo. Entra el Ganster. Va vestido al estilo mafioso de la época Al Capone. Se ve tenso, de mal humor. Canta un estribillo de “O Sole Mío” mientras de un maletín saca una caja de puros, una pistola, una navaja de botón automático, un paquete de droga, gruesos fajos de dólares. En el bolsillo de su saco busca un pequeño estuche personal: aspira cocaína. Bebe Whisky. Activa la radio y se escucha la Vida en Rosa con Louis Armstrong. Entre tanto ha consultado insistentemente su ostentoso reloj de oro.

EL GANSTER: (Llamada a su celular) Deténganla. Díganle que le prohibido entrar… revisen su bolsa, quítenle las llaves de la puerta, del coche… sin maltratarla (Pausa larga. Sirve un whisky. Otra llamada a su celular)… ¿Loca? (Ríe)… Así se comporta… se enfurece… tengan cuidado: es capaz de arañarles la cara… ¡Presiónenla!... ¡No!... con buenas maneras, sin golpes… hagan bien el numerito…repítanle esta orden: “El jefe tiene prohibido su paso, señora”… repítansela cuantas veces sea necesario hasta que se canse de gritar (Desactiva el celular. Pausa. Tararea “O Sole Mío”. Acaricia la navaja y la pistola que gira hacia el público como juego al blanco. Activa el celular) ¿Sigue furiosa?... Déjenla pasar. Y que ninguno de ustedes nos interrumpa. Prohibo que las sirvientas entren a la sala. Invítenlas a fumar en el jardín y que alguien las lleve a ver la película El Irlandés.

LA DIVA: (Entra muy alterada. Va vestida glamorosamente, muy maquillada. Trae en la mano una grande y roja manzana. De su bolsa saca una elegante pitillera, un ánfora personal plateada. Trata de relajarse. Ensaya poses, gestos, sonrisas para la alfombra roja y cámaras imaginarias. Termina su breve actuación) ¡¿Qué les ordenaste a tus gorilas?! ¡Esos brutos me maltrataron! ¡Revisaron mi bolsa! ¡Me arrebataron las llaves de la casa, del Lamborgini! ¡¿No sabes tratar a una dama?!... ¡Estúpido! ¿Desde cuándo me prohíbes entrar a esta casa? ¡Yo soy la señora que entra y sale cuando se le pega la gana! (Silencio. Se sirve un trago de tequila. Burlona, provocadora, canta la canción “Quizás” imitando la coreografía en la silla que hace Liza Minelli en la película Cabaret. El Ganster la ignora, concentrado y con delicadeza saca su pañuelo y frota su pistola, acaricia con placer los filos de la potente navaja de botón automático que activa reiteradamente) ¿Me vas a responder?...

EL GANSTER: ¡Al fin llegaste!... ¡Perdida!... Dale gracias a tu santo preferido que mis asesores de seguridad no te amordazaron y encerraron en la cajuela del auto…tuve un arrebato de piedad: estuve a punto de ordenar que te amordazaran y amarraran pies y manos para tirarte al río empaquetada en una bolsa.

LA DIVA: (Burlándose) Disculpe… ¿El señor me habla a mí? ¿Me equivoqué de obra? ¿Acaso no es ésta la pieza teatral titulada "Curso intensivo sobre sexo, dinero y violencia"? ¿Es usted el falso banquero, y yo su amante, la diva? ¿No es ésta la casa de los dólares multiplicados como peces bíblicos, las drogas a la carta, los excesos eróticos y los corazones vacíos? (Pausa. Se sirve otro tequila. Saca un pequeño estuche de cocaína, un billete de cien dólares: lo enrolla y prepara líneas que aspira pausadamente, con gesto y ritmo de ceremonia)… ¡Mis asesores de seguridad!... ¡Matones querrás decir!... ¡Sicarios!...

EL GANSTER: ¡Siéntate y deja tu actuación pendeja!.. ¿No te has dado cuenta que tu carrera de actriz se acabó hace mucho tiempo?... ¡Una triste drogadicta sin límite, eso eres ahora! (La levanta bruscamente y la lleva al espejo) ¡Mírate bien! ¡Se acabó el glamour, se esfumó la belleza!...

LA DIVA: (Empieza a reír frente a su imagen. Toma su lipstik y se delinea los labios. Pausa. Sarcástica) Es cierto… el espejo no miente… ya no tengo 20 años…la cirugía facial no detiene el tiempo… no congela la edad… pero… sigo siendo linda, sensual ¿no te parece?... hombres y mujeres voltean a verme con ojos libidinosos (Se besa a sí misma en el espejo, deja la huella de sus labios)… ¿Y ése vestuario? ¿Así se visten ahora los banqueros? ¿Imitan a los mafiosos? Los jefes de los carteles están de moda, son personajes famosos, pero no sabía que tuvieran tanto éxito (Silencio prolongado) ¿Y?…

EL GANSTER.- ¿Qué quieres que te diga?... ¿Amor, amorcito, mi vida, mi cielo, mi linda mujercita?... ¿Mi actriz favorita?... ¿O estúpida, inmoral, libertina, traidora…? ¿O simplemente te digo pendeja?...

LA DIVA: ¡¿Encabronado… el prócer?! ¡El falso Capo de Tutti Capi…en la decadencia, sin cártel!... Acepto que llegué un poco tarde… el maquillaje…el peinado… no encontraba un zapato… ¡Con esta lluvia conducir auto es una aventura! ¡El Lamborgini es potente pero no vuela! ¡Debo comprarme un helicóptero para las citas importantes!… aunque a la naturaleza no le importan los automóviles de lujo, ¡Le tiene sin cuidado si tengo cita contigo o con el Papa! (Observa a los espectadores) ¡Perdón por esta violencia!... ustedes saben comprender… hay inconvenientes en la vida… ¿Sí?... ¡No?... el público siempre es generoso con sus artistas (Al Ganster) Si llegaste puntual, pues es como si hubiera empezado la función. ¡Tú eres todo un espectáculo! ¡Te paras, te sientas por ahí, te emborrachas, te metes coca, les truenas los dedos a tus sirvientas, das órdenes a tus guaruras para que me prohíban el paso! (Otra vez al público) ¡Ustedes lo han visto! (Silencio)… Algún problema, señor… ¿Al Capone?...

EL GANSTER: ¡Cállate!

LA DIVA: Por lo visto hoy amaneciste de humor canino… (Burlona) ¿Ya no sientes amor perro por mí? Recuerda cuando me amabas perrunamente. Ese risible piropo me lo dijiste después de ver la película Amores Perros… te encanta imitar (Pausa) ¿Acaso tienes problemas con la vida y su peligrosa y azarosa ruleta?... ¿Tal vez la política?... estoy informada. Sé que tu antiguo padrino está encarcelado en una prisión gringa y andas como perro de pedigrí sin dueño ¡Idiotas, se creían intocables! Tú fuiste de la corte de hombres y mujeres que le prendían veladoras a los fraudulentos pegados a la silla presidencial... fuiste de los inversionistas en la compra-venta del voto… tienes el tipo oportunista, chaquetero. Siempre lo has sido. Comulgas, rezas y tomas la hostia con quien se vende y les permite el negocio. Ya pintabas para el puesto desde tu época de pésimo estudiante y pequeño distribuidor de cannabis en la universidad…

EL GANSTER: ¡Cierra la boca! ¡No me importa lo que pienses! ¡El pasado no existe! ¡La vida se vive en el presente y en el futuro!

LA DIVA: Un presente muy angustiante y un futuro muy oscuro ¡Para ti!... desearías tener alzheimer (Pausa) De acuerdo: me incluyo… angustiante y oscuro también para mí. Soy coprotagonista, socia indirecta del crimen… volviendo al pasado te diré que he perdido algunas cualidades físicas y ciertas virtudes, los reflejos ante el peligro, pero tengo intacta la memoria, como si se tratara de una película de larga duración o una serie infinita de fotografías en color sepia... ¿Recuerdas los días del fin del siglo XX y el inicio del XXI? ¡El nuevo milenio!… me invitaste a celebrar el acontecimiento en Nueva York… en tu megalomanía de borracho con delirios de superhombre supuestamente enamorado perrunamente me repetías que te gustaría celebrar conmigo ¡La llegada del tercer milenio! El ridículo de macho provinciano lo hiciste descargando tu pistola en la azotea del hotel Wardolf Astoria, como lo haces aquí en el pueblo cada navidad y fin de año… con el soborno de cien mil dólares que repartiste al gerente y varios empleados que se percataron de tu acto esperpéntico de nuevo y prepotente rico, evitaste que la policía gringa te metiera a la cárcel esos primeros minutos del nuevo milenio tan pomposamente celebrado… ¡En la capital del mundo! como llamabas a Nueva York ¡Imbécil!... Esa noche salió a flote tu racismo de mexicano acomplejado al insultar al vigilante de piel negra que frustró tu felicidad de pistolero famoso balaceando el cielo… recuerdo perfectamente la frase: “pinche negro africano muerto de hambre… ¿Sabes quién soy yo?... ¡Regrésate a matar elefantes a tu pinche país! ¡Pendejo!… No eres más que un esclavo del gringo, del dueño del hotel ¿Por qué me prohíbes celebrar el nuevo milenio?”... Te veías patético insultando al joven guardia. Sometido y esposado en el suelo tenías una expresión francamente ridícula…yo les pedí que te soltaran y aceptaran el jugoso soborno…te dejaron libre gracias a los dólares ¡Y nos corrieron del hotel!...

EL GANSTER: ¿Y tú, qué? En esa época te creías la reina del carnaval y no eras más que una bonita actriz en ese grupo de teatreros y vagos, ¡Una drogadicta pegada a mí como desesperada!...

LA DIVA:… ¡Te equivocas: yo era una buena actriz! ¡Excelente! Dedicada en cuerpo y alma al arte del teatro que inventaron los griegos…hace… ¿dos mil quinientos años?… (Burlona) ¿Sabes que aquellos griegos se emborrachaban con vino tinto y hacían orgías en honor a Dionisio?... ¡Perdón! Olvidaba que no te gusta leer y te aburren las historias antiguas…Dionisio no fue ningún vecino del barrio: era el Dios del vino… ah, y no soy bonita ni lo quiero ser... ¿sabes que en el juego infantil se dice que las bonitas se echan a perder?… (Ríe burlona) ¡Bella, sí soy! Eso me vino por añadidura desde que nací: mi madre era una hermosa pintora y mi padre un guapo del teatro... nací y viví mi niñez y la adolescencia entre cuadros, pinceles, bastidores, libros, vestuarios, maquillajes, escenarios, cámaras de cine… (El Ganster se carcajea, burlón)… ¿De qué te ríes?... Lo triste en esta historia personal inicia cuando apareciste tú… ahí empezó la caída, el drama… ¿O acaso es una tragedia? ¿Tragicomedia? ¿Una farsa?...

EL GANSTER:… ¡Desde que naciste has estado en el drama, cayendo al precipicio!…

LA DIVA… ¡Déjame terminar! (Pausa. Bebe tequila) ¿Y por qué tanta violencia y exhibición de poder machista? (Señala el dinero, la droga, la pistola, la navaja en la mesa)… Recuerdo muy bien esos días, los tengo tatuados en la memoria. No olvido que siendo modesto traficante te enrolaste en la política universitaria, luego en la municipal, luego soñaste con ser gobernador y hasta presidente de la República ¡Imbécil! Puro delirio el tuyo. Yo reía y te imaginaba como personaje del teatro del absurdo Beckettiano (Pausa. Bebe tequila) ¿Sabes quién es Samuel?

EL GANSTER: ¿Qué Samuel?...

LA DIVA:… Beckett… Samuel Beckett…

EL GANSTER: ¡No sé, ni me importa saber quién es ese Samuel Beckett!... conozco a otro Samuel…un amigo mío…

LA DIVA:… Ya veo… pareces travesti político…recuerdo también cuando exhibías tu devoción por el PRI, que entonces estaba en su apogeo autoritario… después te vestiste de azul y blanco para rezarle al ídolo de la temporada ¡Al nuevo altísimo! (Burlona) Levantaste así tu manita (Hace la señal de la victoria), te uniste al coro ¡”Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo”! y votaste por el hombre grandote que presumía sus botas y confundió al país con una gerencia de la Coca Cola. Le rendías culto a un presidente mandilón, ignorante, insoportable... imposible que cambiara su personalidad de ranchero parlanchín… los golpes de la realidad contradecían su fantasía presidencial… tú fuiste uno de esos creyentes del voto útil que terminó siendo inútil (Pausa) Desde entonces empezó tu travestismo ideológico. Pasaste de la izquierda light a la derecha tricolor, luego a la derecha confesional y terminaste en la red mafiosa de los tecnócratas, los magos del capital especulativo. Bajaste al pozo profundo de la delincuencia organizada y te incorporaste al tráfico de drogas peligrosas en la tienda internacional de la mafia… eso sí: nunca olvidaste tu fantasía infantil de ser actor a como diera lugar... en ese delirio combinado de mafioso y gran actor soñabas que ganarías el Óscar de la actuación que reparte Hollywood… ese capricho de imbéciles nos tiene en esta situación absurda… ¡Sí: imbéciles tú y yo!... me incluyo…

EL GANSTER: (Cínico) Teníamos ilusión de ser artistas…luchábamos por cambiar al país…

LA DIVA: ¡ilusión de ser artistas! ¿Artista tú? No insultes mi inteligencia. Te engañas…tú nunca serías actor… ¿Cambiar el mundo? ¿Cambiarlo cómo? ¿Para qué? ¿Con qué ideas y métodos?: Hitler, Stalin, Mussolini, quisieron cambiar el mundo…deberías leer un poco de historia nacional y mundial…

EL GANSTER: ¡Por qué mezclas el teatro con la política!...

LA DIVA: ¡Siempre fue así! ¿O no?...desde que se inventó el teatro… la política está en la ficción escénica y tras bambalinas… y en la realidad social… todos los días... tú decidiste enrolarte en la política barata… y te fascinó el prometedor negocio de las drogas.... ¡Mírate en el espejo! (Ganster va al espejo y se observa muy serio. La Diva empieza a reír)… Y como tú, muchos fueron ilusos y más los arrepentidos cuando vieron la melodrama del sexenio al que siguieron seis años de tragedia con el personaje famoso por sus borracheras y su célebre frase “Haiga sido como haiga Sido”… en esa pendiente hacia el pozo de la avaricia por el dinero fácil y el valemadrismo social, después tuvimos otros seis años de espectáculo. En la telenovela rosa, que a veces tenía el tono del llanto melodramático, a veces el tono trágico y siempre el ritmo del teatro fársico, tu padrino, el actor estrella en el sexenio del hombre del whisky, se convirtió en exitoso policía privado y próspero lavandero con charola, credenciales de tecnócrata y coeficiente de inteligencia artificial. Hombre intocable… hasta que se encabronaron los gringos... y ahí está ahora, tras las rejas...

EL GANSTER: ¡Si no te callas, llamo a mis muchachos y les ordeno que te echen a la calle!... o al río… (Ríe en sordina)

LA DIVA:… ¡No me interrumpas!... ¡Termino el relato!... los poderosos intocables de ayer, hoy se volvieron desechables... ¡Buenísimos personajes para el teatro cómico!: el alto ranchero, el borrachín y el galán fabricado por el canal de las estrellas...con boda glamorosa y actricita incluida en la producción… ¡Ah!, debo reconocer que sus primeras damas tenían los gestos y el lenguaje que requiere el melodrama (Silencio) Dime una cosa: ¿Creías devotamente o por cálculo? ¿Pensabas que el ciudadano del rancho grande que se ufanaba de no leer y se hincó para besarle el anillo al Papa, era un buen hombre que a patadas iba a sacar del palacete a las víboras tepocatas de la política tradicional?... ni el psicólogo más conductista o el politólogo más lúcido o el propagandista más diestro habrían podido hacer el milagro de cambiar su personalidad y su obvia ideología derechista (Al público) ¿Se acuerdan que en su estilo marketing electoral quiso utilizar el estandarte de la virgen de Guadalupe? Sin rubor exhibió su mochismo homofóbico cuando le dijo “la vestida y mariquita” a su adversario tricolor… ¡Farsante! (Pausa. Bebe tequila)

EL GANSTER: Estaba yo confundido ideológicamente. Todos estábamos confundidos en la universidad, también ustedes los izquierdistas, los anarquistas…

LA DIVA: … Algunos estuvieron confundidos… y perseguidos por la represión de los partidos políticos a los que serviste con alegría y esmero… ¿O sólo con oportunismo… sin alegría, sin esmero? Las conversiones súbitas son traumáticas. No olvides que además de teatro y literatura, estudié psicología. Mis maestros me auguraban un buen futuro como psicoanalista.

EL GANSTER: ¿Y por qué no te largaste cuando empecé el negocio y según tú me volví derechista? En ese tiempo eras incorruptible… ¿Te enamoraste de mí?... ¿De la droga?... ¿Los dólares?... ¿Los viajes por el mundo?...

LA DIVA: ¡Lo sabes muy bien!... me enganché con la droga, los viajes y el dinero fácil... ¡Y por Imbécil que fui… que soy! … dejé la universidad soñando que me dedicaría completamente al teatro… me fui a estudiar actuación a Londres y París... ¡cuatro años intensos en las interminables noches de esas fabulosas capitales!... sobraba el dinero, ¡tu dinero!... ¡quería ser artista del teatro… y del cine!... ¡famosa y glamorosa!... me perdió el narcisismo y la falsa negación de mi angustia…

EL GANSTER:… ¡También querías ser famosa de la televisión! ¡Como La Gaviota que fue estrella de las telenovelas y luego muy guapa Primera Dama del país! (Ríe burlonamente)

LA DIVA:… ¡Estrella de la televisión, nunca! ¡Siempre la detesté! Me prometí que jamás sería famosa del canal de las estrellas… que jamás sería actriz hechiza gracias a mi cuerpo y mi cara… (Irónica) Tenía mis principios estéticos. Tengo escrúpulos intelectuales (Ríe. Silencio) Te haré un par preguntas...

EL GANSTER: Si no traen veneno o enseñan el nudo de la horca que me preparas, pregunta lo que quieras ¡En mi casa hay libertad de expresión! (Se carcajea).

LA DIVA: ¿Pensaste alguna vez que el fraude electoral por el que votaste cuando ya no eras traficante esquinero y alcanzaste el grado de capo con jerarquía media, terminaría algún día? ¿Imaginaste alguna vez que ese fraude electoral en el que invertiste tus sucios dólares y proclamaste tu nueva fe política, sería investigado, mostrado al público, penado y algún día sometido al escarnio ciudadano? ¿Creíste que tu padrino era Superman sin el peligro de la criptonita? Te lo pregunto porque no ignoras cómo terminaron los grandes y medianos mafiosos de la historia… seguro te acuerdas de las películas sobre Al Capone y El Padrino de Coppola…

EL GANSTER: ¡Claro que vi esas películas!... mis preferidas son las de Coppola! ¡Las tres películas del Padrino!  Intenté leer el libro del escritor italiano… ¿Cómo se llama?...

LA DIVA:… Mario Puzzo…

EL GANSTER:… ¡Ése! No la terminé, solamente leí unas quince páginas. Me aburren las novelas. El cine me gusta, las tres películas del Padrino las vimos juntos... compramos palomitas y consumimos mucha coca… ¡Cocacola! (Ríe)…Desde que yo era adolescente soñaba con vivir peligrosamente, comprarme una pistola, tener mucho dinero y ser el jefe de la banda

LA DIVA: ¡Jefe de la banda! (Un destello de nostalgia) Recuerdo que las películas de Coppola las vimos en el cine ubicado frente a la universidad… ya no existe ese cine... lo convirtieron en una horrible tienda de ropa y chucherías… tienes razón: desde aquella época la obsesión por ser jefe, ganar mucho dinero y vivir pericolosamente se te notaba en la cara y en la impostada manera de comportarte.

 EL GANSTER: ¿Por qué mencionas a Capone y a Don Vito Corleone?

LA DIVA: Para ver si entiendes que no hay tráfico, ni lavanderías perfectas ni protección política que valgan cuando la suerte, los cambios políticos y la justicia se dan la mano ¡Mira a los poderosos padrinos en la cárcel! ¡Observa a sus jefes políticos de entonces rezándole a la virgen, clamando a Dios para que no los detengan y les abran juicio penal!

EL GANSTER: ¡Eso le sucede a Capone y Don Corleone en las películas! ¡La realidad es otra cosa… hay excepciones!… ¡La cosecha de mafiosos nunca se acaba!...

LA DIVA: No finjas. No te engañes. Las películas hablan de la realidad. Es cierto que la cosecha de mafiosos de todo tipo nunca se acaba en esta sociedad que necesita evasiones y los idolatra abierta o calladamente… ni creo que acabe en una idílica sociedad de santos por convicción o por decreto… surgirían mafiosos santificados… lo que te angustia y te enloquece es que el código de secreto y silencio, la famosa Omertá inventada por la mafia siciliana y exportada a todo el mundo desde el siglo XIX, ya no se respeta, está rota, se ha convertido en los diez mandamientos de la delación y la venganza. Los socios, los amigos, los cómplices hijos y hermanos de las familias del poder mafioso empezaron a soplar y cantar rancheras, tangos, baladas románticas, arias y hasta himnos religiosos…

EL GANSTER: (Intenta golpearla. Se detiene) ¡¡Cállate!!...

LA DIVA: (Imperturbable)… Y a platicar con pelos y señales sobre el tráfico, los fraudes, las estafas, las rutas, la cadena de lavanderías y los sobornos a funcionarios públicos, esos traficantes de cuello almidonado y sonrientes que salen en la televisión y las revistas frívolas (Pausa) ¡Qué paradoja! El tecnócrata especialista en falsos montajes televisivos y propagandísticos, exhibido en programas reales de la televisión internacional, encarcelado, esposado y sometido a juicio… ¿Te acuerdas de la canción de Rubén Blades “Pedro Navajas”? (Canta) “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”…

EL GANSTER: (Súbitamente alterado) ¡Cierra la boca y lárgate ahora mismo! ¡Esas películas ya son historia, son de otra época! ¡No me interesa el pasado! ¡Estamos en el siglo XXI! ¡No vengas con tu moral de teatrera cocainómana y libertaria! ¡Vivimos un mundo donde lo que vale es el dinero y el poder! ¡Sobreviven los fuertes y mueren los débiles que tienen que morir! ¡Yo no inventé las drogas! ¡Y las traiciones han existido siempre! (Pausa. Agitado)

LA DIVA: ¡Vaya, ahora eres teórico del darwinismo social!...

EL GANSTER:… ¿¡Qué es eso?!...

LA DIVA: La ideología de la ultraderecha, del neofascismo… qué interesante… ¡Me confirmas que el teatro y la política se relacionan desde hace milenios! Ni tú, ni yo los inventamos. Pero aquí vivimos. Con tu Mea Culpa entras en delirio, fantaseas que estás en la luna, que viajas a otros planetas y la virgen te protege. En tus ataques delirantes se te metió en la cabeza que, para salvarte, construirás tu bunker en el planeta Marte. En uno de esos trances extremos te vino aquel brote de histeria, casi psicótico… un triste monólogo del miedo y la culpa… te entró el pavor y narraste compulsivamente cómo empezaste a traficar heroína, metanfetamina, fentanilo… con tu avaricia por las altas ganancias del negocio aceptaste que tus distribuidores las vendieran entre ¡Los estudiantes de prepa! Llorabas arrepentido, con mucha culpa, porque te acordaste de tus sobrinos preparatorianos, hijos de tu hermana mayor que te cuido en la infancia… en tu lógica comercial y demencial, sin escrúpulos, decías que así se hacían los clientes frecuentes, los futuros adictos Very Important Person. Te pesaba que tu admirado Vito Corleone por lo menos en ese asunto tenía escrúpulos: siempre se opuso al negocio de las drogas (Pausa). Aquella crisis fue pavorosa. En tu delirio me confundiste con un sacerdote escuchando tu confesión. Te recuperaste… más o menos saliste a flote. No olvido que pagaste varios cientos de miles de dólares por el tratamiento prolongado… ¡tres meses! en aquel hospital especializado en adictos cocainómanos casi desahuciados… ¿Dónde está ese hospital? ¿En Boston, Filadelfia?... ¡No lo recuerdo!... en ese tiempo de apogeo económico y decadencia física y psicológica, consumías droga en exceso, presumías mujeres a la compra-venta y a tu disposición... se acabó la fiesta cuando empezó la aparente guerra del gobierno contra los carteles, la guerra entre los carteles mismos por las plazas, los secuestros, los asesinatos colectivos…las fosas clandestinas (Pausa. Con un gesto de angustia se sirve tequila) Reconozco que tú no aceptabas esos métodos, pero estabas en el juego… atrapado y sin salida…te vino el miedo patológico a la ley, a la justicia. En tus delirios tenías regresiones infantiles, lloriqueabas llamando a tu madre…clamabas a Dios rogándole te hiciera justicia y perdonara tus pecados. De aquella crisis saliste de milagro... todavía ignoro cómo te salvaste de la reclusión en el manicomio…

EL GANSTER: ¿Y tus escapes, tus culpas, tus vicios?

LA DIVA: ¡Nunca los he negado! ¡Son públicos! Cínica no soy: asumo mi responsabilidad. En el tratamiento con el psicoanalista esos fueron los primeros datos de mi realidad y mis fantasías... y mi traumática relación contigo, por supuesto. Luego fueron saliendo otras heridas del alma en la infancia y la adolescencia, afloró el inconsciente, la novela familiar como dice el doctor Freud… escenas de una película en blanco y negro…algunas escenas eran de terror… me asusté… abandoné el análisis… no pude dejar la droga y el alcohol... en esos años el escenario se convirtió en el lugar público para exhibir mis traumas… el autoengaño duró hasta que me di cuenta que nunca podría ser una artista del teatro, del cine, como soñé con llegar a serlo cuando tenía veinte años. Desde entonces intento salir del pozo… y vuelvo a caer…soy Sísifa que en vez de ir a la montaña cargando la roca, se hunde en el abismo… sé que algún día moriré en el intento… ¡Eso sí!... mi vida es real…no es un mito griego (Ríe. Aspira cocaína) Tengo conciencia suficiente para reconocer que estoy entrando en el límite de la existencia… me fallan los fusibles… hago falso contacto con la vida… me apago intermitentemente… estoy viviendo eso que el filósofo Sartre llama la Náusea, la pasión inútil, el sentimiento absurdo de la existencia (Pausa. Aspira otra raya de cocaína) Tú estás también al borde del precipicio… la justicia terrena te tiene en la mira. De nada sirven tus arrebatos de arrepentimiento y clamor por la justicia divina… ya congelaron tus cuentas bancarias. Rastrean tu capital con prestanombres en los paraísos fiscales... no tardan en confiscarte ésta casa. Seguramente ya sabes que te ha delatado uno de tus subordinados preso en una cárcel con puerta negra y cien candados (Ríe de la ocurrencia y canturrea la canción la Puerta Negra) De nada servirá que te hayas puesto a dieta y desfigurado la cara con esa carísima cirugía plástica… estás en la lista de los capos buscados por cielo mar y tierra... y van a venir por ti...

EL GANSTER: (Con expresión de miedo) ¡Estás loca!

LA DIVA: Puede ser que esté loca, pero la realidad siempre se impone, querido Ganster (Pausa. Sarcástica) A propósito de la náusea, la angustia, la pasión inútil… ¿te interesa la filosofía?: ¿te acuerdas que en el teatro San Martín de Buenos Aires vimos la pieza teatral A Puerta Cerrada? Pues así estamos tú y yo… ahora, en este instante… como los personajes eternamente encerrados en aquel cuarto del infierno… con una pequeña diferencia: no estamos muertos… todavía seguimos vivos, aquí, en un montaje teatral pactado entre los dos, montaje sin pies ni cabeza, que no inicia… como si fuera una pesadilla recurrente o una tragicomedia surrealista.

EL GANSTER: ¡No quiero seguir escuchando tus estupideces!… ¡Lárgate! ¡Y que se largue el público también! (Pausa. En voz baja) Antes que sea demasiado tarde.

LA DIVA: ¿Demasiado tarde?... yo dispongo de todo el tiempo…

EL GANSTER: ¡No me interrumpas! ¡Cierra la boca! ¡Y te repito: lárgate ahora mismo! ¡Dices puras pendejadas! (Al público) ¡Y ustedes dejan sus butacas y salen por donde entraron! (Pausa. Muestra el maletín repleto de dólares) Págales para que se vayan… ¡Mil dólares a cada uno! ¡No soporto que estén viendo esta escena! ¡Quiero estar solo!... Antes que sea demasiado tarde (Nervioso. Enciende un puro, lo apaga inmediatamente).

LA DIVA: Insistes… demasiado tarde… (Al público) ¡Damas y caballeros! Ustedes se quedan, no habrá donación de mil dólares y no abandonarán la sala. A continuación el drama se va a poner muy intenso y tal vez divertido... puede ser peligroso… las cartas están echadas… apuesto doble contra sencillo que será tragicómico. Reflexionen en el lado positivo de este conflicto que por desgracia… o por fortuna…ustedes ven y escuchan… seguramente les dejará pensando sobre las ilusiones y la realidad, sobre el teatro y lo que sucede allá afuera. Tendré que improvisar. Presten atención a lo que sigue (Pausa) La política, el teatro, los vicios y el dinero tienen relación con el sexo. En ciertas circunstancias perversas estalla el sadomasoquismo: a veces estás arriba, a veces estás abajo, a veces se prende, a veces se apaga (Pausa. Vuelve al diálogo. Actúa. Seductora saca de su bolsa una fusta de cuero. Toma un cigarrillo de su pitillera. Golpea con fuerza la mesa. Al Ganster le golpea suavemente la espalda y le enreda la fusta en el cuello. Simula que lo ahorca) ¿Me das tu fuego?... ¿El caballero me puede encender? (Sensual y provocadora,) Mon amour ¿j’ai besoin d’un peu de ton feu pour allumer ma cigarrette?.. (El Ganster la ignora. Ella canta “Quizás” y baila)… Merci… pibe, ¿vos me prestás tu enorme puro para encender mi pitillo? (Abre la caja y toma otro puro. Con delicadeza lo coloca en los labios del Ganster) ¿Te gusta? ¿Puedes darle una chupadita?... (Pasa el puro por sus labios en obvio gesto de fellatio. Lo vuelve a colocar en la boca de Ganster que parece estatua. Silencio prolongado. La diva perturbada aspira una línea de cocaína. Con tono duro, exasperado) ¿¡No daremos la función!? El público pagó boleto para ver un espectáculo. Firmamos contrato con el dueño del teatro ¡La gente no tiene por qué soportar tus desplantes y estupideces, tu crisis de mafioso en decadencia! ¡Si vas a seguir así, me largo! ¡No quiero seguir haciendo el ridículo frente al público! ¡Basta! …

 EL GANSTER: (La Diva trata de salir. Él la detiene violentamente) ¡Siéntate! ¡Te callas de una vez y olvídate de la función! ¡Aquí no existen los personajes Diva y Banquero! ¡Somos tú y yo, al desnudo!... ¡tenemos que ajustar cuentas!

LA DIVA: (Forcejea) ¡Tú no me callas! ¿Quién te crees? ¿Juan Charrasqueado, Pedro Navajas? ¿Ya se te metió el espíritu de Al Capone? Te equivocaste de obra, querido. El Golpe terminó temporada el año pasado. Ahí querías hacer el papel de Ganster. Por cierto nunca te dije que actúas muy mal…el teatro no tolera la falsedad actoral…se nota quien actúa de verdad y quien pisa el escenario para lucir su narcisismo… en este montaje se supone que actuarías el papel de un banquero masoquista, impotente y enamorado de una diva del espectáculo, o sea de mí, en el papel de ¡Reina del Cabaret!

EL GANSTER: Banquero y Diva aquí y ahora no existen… ¿No entiendes? (pausa)

LA DIVA:… Querido, me parece que estás confundiendo la ficción teatral con el tiempo real… no mezcles el espacio escénico con la vida cotidiana (Le pone el dedo en la frente)… ¡Porque te pierdes! (Pausa. Al público) Asumir la identidad de un personaje teatral fuera del escenario es un juego peligroso… les pido una disculpa. Ustedes se han dado cuenta que llegué retrasada a la función… eso no justifica la actitud de mi compañero, su violencia… (En voz baja) Pueden ver que está muy ebrio, drogado… jamás en mi carrera de actriz había enfrentado una situación así… me avergüenza que sean testigos presentes en este conflicto personal… privado… como si fuera un espectáculo, un talk show. Suspenderemos la función… se les reembolsará el pago de su boleto…los mil dólares es un insulto de mafioso… si tienen interés en ver cómo termina este conflicto y tienen paciencia, tal vez se tranquilice y empezamos la función… sería como lanzar una moneda al aire, una apuesta al azar… ¿Continuamos?... (Al Ganster) ¿Ya te diste cuenta que tu drama está fuera de lugar? ¡Esto es teatro! ¡Imbécil!

EL GANSTER: (Alterado) La ficción, el simulacro, la simulación constante, el histrionismo histérico y cotidiano, la falsa teatralidad... ¡Todo eso eres tú!

LA DIVA: (Burlona) Estás haciendo el gran ridículo... un papelón.

(Pausa). El público se va a encabronar. Yo soy actriz profesional y el espectáculo debe continuar. (Pausa). Otra vez estás haciendo tú drama personal, tu escenita privada. Llego y te encuentro con cara de perro bulldog a punto de atacar; enseñas ostentosamente tu pistolita, tu navaja de padrote antiguo, me llamas inmoral, libertina, traidora, estúpida, pendeja… y puta.

EL GANSTER: (Se carcajea, sarcástico) Puta no te dije. Pero con gusto te diría… ¡Putísima!

LA DIVA: (Le pone el mango de la fusta en el cuello) ¡Escúchame, hijo de tu pinche madre! Yo también tengo lenguaje duro. Soy mujer libre. Métete eso en la cabeza...o donde te quepa...en el culo, por ejemplo ¡Imbécil!

EL GANSTER: (Abre la navaja automática y la muestra con ostentación) ¡Con mi santa madre no te metas, loca descarada! ¡Porque te mueres! Y ésta bonita navaja italiana, no es de utilería (Clava la navaja en la manzana) ¿Convencida?

LA DIVA: (Nerviosa, irónica, retadora) ¿Dónde me matas? ¿Aquí?

EL GANSTER: (En trance) Aquí mismo, frente al público. En mi corral, nomás yo piso a mis gallinas. Y tú hace mucho abandonaste el gallinero. A mí la que me busca me encuentra. Estoy en el límite de la tolerancia y voy cayendo en el vacío del desamor por tus actos de mala mujer. Por tu coquetería y tu infidelidad. Estoy acorralado por la justicia y van a llegar por mí… pronto seré polvo y olvido. Acaso lo que fui quedará en una fotografía rota, arrumbada en algún cajón. Quizás seré un pálido recuerdo en la memoria de alguien que no serás tú.

LA DIVA: (Sarcástica) ¡Qué elegante hablas! ¡Pareces filósofo… de Stand Up! Lo único malo es que no te queda con esos modales y ese disfraz de mafioso emperifollado de los años treinta. Viste la película El Padrino y te entusiasmaste. Te fascina esa película ¡La has visto veinte veces!… ¿Te crees Marlon Brando o Vito Corleone? ¡Siempre te identificas con los personajes y te enamoras de los actores! Eres un imitador obsesionado con la fama y el poder… (Se dirige al público) Está muy alterado. Seguido le atacan estas crisis de histeria. Le vienen regresiones y se comporta como niño mimado, adolescente violento o predicador moralista. Trataré de calmarlo (Pausa prolongada) ¿Acaso mi rey está celoso? Ya entiendo: te inspiraste en la telenovela donde los mafiosos y los policías se enamoran perdidamente de mujeres jóvenes ingenuas y bellas. De nada les sirven sus metralletas, sus cuentas bancarias y su machismo anacrónico. El frágil cupido los derrota con su arco y sus flechitas (Silencio. Bebe tequila. Sorprendida, como si hiciera un descubrimiento) ¡No me digas que esto es una improvisación! ¿Estás haciendo un performance sin consultarme? ¿Decidiste experimentar ese engendro que llaman biodrama con nuestras biografías? (Frente al público, coloquial) Están de moda. Cosas del mercado y la globalización del espectáculo escénico... siempre fue un capo atento al glamour, al último grito de la moda… si por lo menos con su novedad en catálogo de temporada retomara algunas ideas y la experiencia estética del anarquismo dadaísta y la rebeldía lúdica y transgresora del surrealismo, la crítica y el humor negro del esperpento… bueno, estaría en el camino creativo…

EL GANSTER: ¡Te vas a callar! ¡O quieres que acabe con esto de una vez por todas! La situación es grave y no me dejas decir lo que tienes derecho a saber, antes de terminar este teatro absurdo…

LA DIVA: (Ignorándolo, continúa frente al público)... ¿No les parece que habría que montar un gran espectáculo sobre la corrupción, las mentiras, el simulacro, las traiciones, la violencia y las locuras en este mundo controlado por personajes siniestros? (Al Ganster) ¿Sabías tú que el mundo del arte y del espectáculo tiene sus tecnócratas del fashion y del show bussines y sus burócratas oficiales? El poeta André Breton dijo: "La belleza será convulsiva, o no será" (Al Ganster y al público) Yo te diría y les diría: el arte será libre y provocador… o no será. (Pausa, se sienta. Burlona) ¿Ya te convertiste en un Ganster-actor postmoderno? ¿Además del biodrama, te entusiasmaste con la seudoestética neurocientífica, el glamoroso posdrama, la narraturgia, el arte desechable de los radical chics? (Silencio prolongado).

EL GANSTER: (El novio pasa de la prepotencia, al desamparo, a la depresión. Como en un ritual, pone la maleta en la mesa y saca varios fajos de dólares. Mientras habla, la Diva tira al suelo los fajos y observa burlona un billete de 100 dólares, lo quema ostentosamente y con el fuego enciende un cigarro. El billete se consume a fuego lento en el cenicero.) ¡Se acabó! Ten éste dinero. Sigue tu carrera y tu vida en otra ciudad, en otro país, en la luna o entre los marcianos. Vete lejos, donde no pueda verte ni saber de ti. Hay ojos y orejas por todas partes. Mis hombres te seguirían, te vigilarían. Me contarían todo… puedo ordenarles que te quiten la vida… hundirte en el río, un accidente en la carretera, una bala (Pausa. Habla como si fuera letanía) Estoy resignado. No dejaré descendencia, un hijo que se parezca a mí, que perpetúe mi linaje. Con otras mujeres, otras amantes, hijos nunca engendré. Y tú nunca me ofreciste tu naturaleza femenina, tu matriz, para reproducir la especie y convertirme en padre feliz. La vez que por descuido te preñaste, quién sabe de quién, decidiste abortar. ¡Mujer desnaturalizada! Yo no entiendo nada de la diversidad sexual de la que tú hablas y no me gustan esas personas del teatro, esos artistas con los que te juntas. Para mí, desde Adán y Eva, el hombre es hombre y la mujer es hembra. Cada uno la media naranja. El miembro del macho necesita la raja femenina: la herida secreta de la mujer. Uno penetra y la otra se abre: se complementan. ¡Lo demás es perversión, pecado mayor, desviaciones diabólicas! ¡A esos desviados y desviadas yo les digo jotos y lesbianas! No me simpatizan. Nunca me gustaron ¡No puedo quitármelos de la cabeza! No me dejan dormir. El deseo de matarlos me desquicia (Pausa. Le entrega un paquete) Coca. Métetela regálala o véndela. Y búscate otro proveedor ¡Me colmaste la paciencia! ¡Vete!... ¡Lárgate!

LA DIVA: ¡Querido! ¿Cuándo te convertiste a la fe cristiana? ¡Me sorprendes! ¿Tú, rezándole a la virgen y condenando mujeres violadas que deciden abortar? ¿Tú, predicando enloquecido contra la unión libre? ¿Tú, atacando la homosexualidad, el arte degenerado, el libertinaje de los jóvenes que dejan de ser castos? ¿Tú, furibundo y santo inquisidor combatiendo el diabólico pecado de la carne?... hablas como feligrés de los legionarios de Cristo, que por cierto tienen sacerdotes muy diestros en violación de niños y muy profesionales en las finanzas y en la inversión de capitales oscuros en los paraísos terrenales… ¿Leíste los periódicos, los libros que cuentan su historia?  ¡Viste las denuncias contra ellos en los noticieros televisivos?  ¡Hasta el Papa los condena!... ¡Hablo del Papa actual, Bergolio, el argentino!... ¡El polaco reaccionario, Juan Pablo segundo, quería santificar a Marcial Maciel!... ¡Me das risa!… ¡Con ese gesto de cristiano fanático pareces personaje de la edad media, militante de las cruzadas anunciando el fin de los herejes islámicos y ateos, de las Sodoma y Gomorra del siglo XXI! Terminarás prohibiendo el teatro y las artes calificándolas como degeneradas…como lo hicieron los nazis (El Ganster entra en una repentina regresión infantil. Llora desconsoladamente. La Diva se pone tensa, le enjuga las lágrimas. Al público) Ya empezó la crisis…no llores…no llores, ¿quieres a mami? (Canta) "pareces un chiquillo caprichoso, indefenso y sin amor".

EL GANSTER: (Repite en sordina, mecánicamente, sin emoción alguna. Súbitamente se altera, grita y canta simultáneamente en el tono de la canción Rapsodia Bohemia del grupo de rock Queen) ¡Mamma mía! ¡Mamma mía! ¡Mamma mía! ¡Tengo miedo! ¡El diablo y los monstruos se asoman por la ventana, se esconden tras la puerta!

LA DIVA: (Con delicadeza y paciencia maternal) ¿Quieres a mami? La puerta está cerrada, mi niño… A ver, a ver: venga acá mi niño para que mamá lo mime. Repita mi nene: mi mamá me mima.

EL GANSTER: (Como niño chiflado aparentemente se tranquiliza) Mi mamá me mima… mi mamá me mima…

LA DIVA: Ya, ya… cálmate, cálmate... Aquí está mami para cuidarte. ¿Te digo el cuento de caperucita roja? ¿El cuento del osito de peluche que juega en el bosque con los niños buenos como tú?... ¿Quieres que cante la  canción de los tres cochinitos en la cama que te gusta mucho? (Canta) Ya, ya, ya… ya se fueron los monstruos… yo les eché agua caliente y les puse la cruz. Caperucita, los cochinitos y el oso de peluche te defendieron y los andan persiguiendo para atraparlos. Fueron muy valientes luchando contra esos feos monstruos y el malvado diablo (Silencio)

EL GANSTER: (En un ataque de respiración agitada, movimientos espasmódicos y gestos extraños, se transforma radicalmente cantando “O sole mío” y  “¡Mamma mía!” cada vez más lentamente) ¡Todo pasó y todo se acabó! Acabó el placer, acabó nuestra relación, acabaste tú… ¡Se acabó el teatro!...

LA DIVA: (Silencio. Perpleja. Se recupera del trance. Con precaución) Y los negocios turbios también se acabaron… no imites a San Francisco de Asís... para empezar, tendrías que hacer voto de pobreza. Así pareces el Papa Alejandro Borgia vendiendo indulgencias. Y olvida tu pretendida carrera de chulo del espectáculo… Irremediable contradicción la tuya: mitad san Francisco de Asís, mitad Al Capone… y otras monerías que adornan tu personalidad, como haberte obsesionado en que te enseñara técnicas de actuación porque soñabas con ser galán de teatro, cine y televisión (Pausa. Al público) Siempre fue pésimo actor. Y como ven, hoy en plena decadencia. No controla la frontera entre sus personajes, sus vicios, y la vida cotidiana. Por mi debilidad está en esta función de teatro ¡Y me arrepiento! (Al Gánster) Cometí la enorme estupidez de pedirle a un amigo dramaturgo que escribiera esta pieza teatral porque te encaprichaste en hacer el papel de banquero masoquista torturado por una diva sádica y viciosa. Te obsesionaba la fantasía de actuar conmigo esos personajes... por última vez… prometiste que nunca más actuarías. El director de escena me advirtió que el montaje sería peligroso, que corríamos el riesgo de mezclar la realidad y la ficción, que el peligro sería mayor por el consumo de cocaína y alcohol en plena función ¡porque no aceptaste la utilería de la ficción escénica! ¡Querías que consumiéramos droga y alcohol de verdad, nunca polvo de harina y refresco de sidra! Decías qué sería un experimento auténtico, teatro real ¡Estúpido!... el director se negaba terminantemente al consumo de cocaína y tequila auténticos en escena. Muy preocupado me dijo que percibía nexos profundos entre nuestras biografías y los personajes teatrales, que se podría disparar el inconsciente y descontrolar la estructura real del montaje... aceptó porque tenía una emergencia económica y le ofreciste pagar por adelantado y en efectivo su trabajo de puesta en escena con una cantidad exageradamente abultada de dólares que difícilmente ganaría en toda su carrera artística (Pausa. Aspira cocaína) Creo que nunca comprendiste lo que en realidad es el teatro y se te está botando la canica. Te estás convirtiendo en un psicópata con personalidad múltiple. El consumo de coca el dinero y el miedo a la cárcel te están enloqueciendo… te sugiero que vuelvas a internarte en la clínica de rehabilitación… urge que consultes al psicoanalista...

EL GANSTER: …Demasiado tarde: Estoy en el límite y la decisión está tomada (Consulta el reloj) Dentro de pocos minutos no habrá retorno...ni llegada…

LA DIVA: …Para tenderte en el diván, nunca es demasiado tarde... ¡Recuerda cómo Robert de Niro, otro de tú ídolatrados actores, va al psicoanalista en la película Analízame donde actúa de mafioso! (Sarcástica) ¿Por qué tú no habrías de ir? Y si le tienes miedo a enfrentar tu inconsciente ¡Pues toma un curso de autoayuda, consulta a una sacerdotisa de magia negra o que te lean el Tarot de Marsella! ¡Y cabecita arreglada!

EL GANSTER: (En tono de letanía) Demasiado tarde. Esto es el fin y más que un diván, un oído sordo que me escuche, un ojo ciego que me mire para desenterrar mis palabras y observar mis gestos, necesitaré un ataúd donde guardar mi cuerpo. Lo demás será silencio… puro silencio.

LA DIVA: Poeta no eres porque eso no se aprende en escuelas ni talleres de literatura. ¡También quisiste ser poeta! Recuerdo que lo intentaste en la preparatoria ¡Como diría Hamlet en su famoso monólogo!: ¡"Ser o no Ser: ese es el problema"!... ¡Poeta, yo! El ritmo, la metáfora, están en los latidos de mi corazón, en el flujo de mi sangre, en mi piel ¡Mírame! (Da pasos de danza) ¡Ah! Y cuando canto y cuando bailo y cuando doy y me dan amor, soy el objeto del deseo y el sujeto seductor. Mejor dicho: la sujeta seductora… aunque te parezca increíble, tengo una sólida cultura (Pausa) ¿Te sorprendes?

EL GANSTER: La mujer sin sentimientos que oculta su pasado y se burla del futuro, no puede ser poeta ¡Es una demente! Las poetas son sublimes, finas, decentes. Y tú eres vulgar y corriente ¡Indecente!

LA DIVA: Bien, me rindo…Ya que estamos al borde del abismo, como contribución al espectáculo caótico y sin remedio que estamos dando al público, te contaré una historia casi secreta (Pausa. Bebe tequila) Antes de ser actriz, en la universidad fui simultáneamente estudiante de letras y psicología ¡durante cuatro años! ¡Un año más y hoy sería licenciada en letras españolas o estaría atendiendo pacientes neuróticos en un consultorio o dando clases sobre la teoría del doctor Freud! ¡Imagínate, yo impartiendo clases sobre la generación de escritores mexicanos llamados Contemporáneos, el surrealismo, la narrativa de Juan Rulfo, el texto y el contexto literario, o algo así! ¿Divertido, no?... abandoné la universidad cuando la invadieron la derecha y sus porros… violentamente, como suelen hacerlo. No soporté el ambiente carcelario, la represión física y el acoso académico, la censura de las ideas anarquistas, la prohibición de la diversidad política… siempre tuve una vena libertaria… desde niña… mi madre nunca pudo controlarme y mi padre me apapachaba… experiencia típica en parejas de artistas con hija única… en la universidad yo pertenecía a un grupo cultural de izquierda, anarquista… criticábamos la burocracia académica y el orden capitalista, organizábamos lecturas de poesía, funciones de teatro, cineclub, conferencias sobre filosofía… queríamos hacer la revolución, éramos subversivos, radicales, soñadores (Silencio. Titubea) Una vez me amenazó un tipo imbécil… me acosó sexualmente… era un porro con cara de niño que parecía ropero antiguo… el jefe del gorila infantiloide era un cretino fascista apodado “El bulldozer”… ese porro con apodo de máquina para construir calles llegó a ser alto funcionario de la universidad, luego fue político connotado del PRI… tú sabes bien que los financieros y los tiburones de los grandes capitales, sus medios de comunicación y los políticos a su servicio violentaron la universidad para someterla y controlarla imponiendo su ideología empresarial represiva y explotadora… como todos los grandes mercaderes tienen sus héroes y fetiches y su patriarca al que le rinden culto, prenden veladoras y lo idolatran… también sabes cómo se dio esa represión ultraderechista porque tú fuiste uno de los beneficiados... un advenedizo en aquel grupo anarquista… siempre pensé que eras un infiltrado, oreja de gobernación, pero no: eras un simple oportunista político… como aquel personaje del relato bíblico, te vendiste por un plato de lentejas… desde entonces empezó tu conversión (Bebe tequila)… Aquella universidad donde aprendí algunas ideas y acciones sobre la libertad, el arte y el amor, la convirtieron en un pequeño campo de concentración, en un escenario con espectáculos violentos para atemorizar a los rebeldes y alegrar las buenas y conservadoras conciencias de los déspotas que vigilan para que todo esté bien encadenado a su orden jerárquico… ¡Vigilar y castigar!, como dice el filósofo Michel Foucault en su libro que el grupo de amigos leíamos y analizábamos en esa época… ¿sabes quién es Foucault? (Silencio) ¡Ah, entiendo!: los mafiosos no leen filosofía (Pausa larga. Muy alterada, bebe tequila y aspira cocaína) En aquellos grupos universitarios de soñadores de izquierdas discutíamos duro y nos distanciabamos pero jamás nos agredimos…los anarquistas coexistíamos con los trotskistas, leninistas, stalinistas, maoístas, guevaristas, existencialistas, cristianos de la teología de la liberación… con el tiempo, algunos caballeros, algunas damas de aquel tiempo de radicales, se fueron casando, transformándose en honorables padres y madres dedicados a sus profesiones, a construir su casa familiar con jardín y cochera y autos del año, educaron a sus hijos y practicaron el ritual de la carne asada con cerveza y música nostálgica en los fines de semana y los tristes días del fanatismo futbolero que paraliza la ciudad. Se convirtieron en votantes de la izquierda o la derecha en cada sexenio, en buenos ciudadanos entusiastas del montaje electoral… otros, se volvieron amnésicos y con la caída catastrófica del muro de Berlín y el estrepitoso derrumbe de la URSS sufrieron un trauma ideológico, reprimieron sus pulsiones críticas y ya no quisieron saber nada de socialismo, comunismo, anarquismo, revolución, libertades, democracia, justicia… como dice la frase tan llevada y traída: “Con el tiempo se convirtieron en aquello contra lo que se habían rebelado a los 20 años”... hubo quienes desencantados y cínicos, se asustaron con la mano dura de la represión, guardaron silencio y optaron por el hedonismo como salvación personal, individualista, especie de anarquismo light, de fin de semana o días festivos… los radicales abstractos que confundían la universidad con una fábrica, encontraron su dogma heroico: fans del Che Guevara y Fidel Castro se volvieron creyentes en la lucha revolucionaria armada, confundieron la realidad represiva mexicana con la isla de Cuba y la Sierra Maestra en los años cincuenta… algunos amigos murieron acribillados en esa lucha desigual de guerrilleros urbanos contra el Estado represor… otros fueron encarcelados, brutalmente torturados… sobrevivieron y fueron liberados por la amnistía del ogro filantrópico ¡el poeta Octavio Paz, Dixit! (Ríe. Pausa) Con los años, algunos de aquellos guerrilleros sin pueblo padecieron una especie de conversión religiosa y traicionaron sus ideas revolucionarias y justicieras hasta convertirse en sombra de sí mismos transformándose en derechistas ortodoxos, en patéticos predicadores del mercado libre, en pequeños mesías  metropolitanos repitiendo los dogmas de la falsa democracia y anunciando la buena nueva del paraíso capitalista…

EL GANSTER: Conozco todas esos tristes cuentos y a muchos de esos ciudadanos… radicales… ¿Y tú, mi reina, donde encajas, cuál es tu historia de libertaria postizquierdista? (Ríe)

LA DIVA: ¡Por supuesto, Al Capone! ¡Todos los individuos, vivos y muertos, tienen su  biografía personal y social!… muchos de aquellos rebeldes soñadores se quedaron colgados en el vicio, en la perpetua experimentación artística, el sexo libre y el rockanrol… yo encajo perfectamente en ese grupo (Pausa) ¡Preciso el dato!: nos quedamos colgados en el patíbulo, con la soga de las drogas y el alcohol apretando el cuello…

EL GANSTER: (Se burla) ¿Entonces de aquellos soñadores y libertarios, como tú les llamas tiernamente, nadie se salva? ¿A todos los consumió el sistema, el dinero y las drogas?... ¡Vaya! ¡Me siento influyente, casi un prócer, ejemplo nacional, guía de generaciones ciudadanas! (Ríe)

LA DIVA: ¡Te equivocas rotundamente, querido Marlon Brando!...  no todos somos iguales, no todos… y todas bailamos con la misma música… hay de todo en la viña del Señor (Pausa)… Quedan los que no se quebraron, los que resistieron en condiciones difíciles y nunca abandonaron la batalla… jamás renunciaron a sus principios éticos... esos libertarios son pocos, pero pronto serán millones... ¿Qué te parece mi adaptación de la cita célebre del histórico Espartaco?... Con esos resistentes que nunca se quebraron me identifico, los respeto… admito que me pongo nerviosa cuando ocasionalmente nos encontramos… me emociona y  alegra verlos vivitos y coleando… los abrazo, me pongo sentimental, lloramos y nos reímos juntos… esos rebeldes libertarios saben que me quedé colgada en la soga, que nunca fui una traidora de la causa libertaria... y tú debes saber ¡Excapo de Tutti Capi!, que muchos ¡muchísimos! de tus sucios dólares que me entregabas para comprar casas, Lamborginis Ferraris y Yates, viajar por el mundo y gastar como nuevos ricos a lo pendejo en banalidades y lujos sin sentido, los he donado a grupos artísticos y políticos… a ciertos amigos y personas en situación difícil que necesitan con urgencia apoyo económico… ¡Eso sí!: para no hacerlos cómplices del sucio peligroso e ilegal blanqueo de dinero, y para guardar las apariencias como gente hipócrita que no transparenta nada, inventé un relato divertido: les cuento que un exmarido italiano y millonario me heredó un buen capital y propiedades en Roma que puse a la venta y me dan jugosos intereses bancarios ¡Ellos saben que es un cuento de hadas!… a los consumidores rigurosos de canabbis y  rockanrol, por principio ético, o pudor, no les ofrezco coca, menos a quienes la consumen esporádicamente y todavía no se han dejado abrazar por el seductor y perverso ángel exterminador… ¡Con unas líneas de ocasión corren el riesgo de engancharse como me enganché yo!… ¡Así es don Vito Corleone! ... mi lucidez tambaleante, mi Mea Culpa sin atenuantes, sin máscara, me permite darme cuenta que estoy en la cuerda floja y sin red de protección…que nunca renuncié ni renunciaré a las ideas libertarias… ¿Contradicción extrema la mía?: así es… por eso simpatizo con los Outsaiders (Silencio) Lo único cierto de esta historia es que todos vivimos y protagonizamos la derrota de una generación que quiso cambiar el mundo. Pero bueno: a veces me viene el optimismo, pienso que algunas semillas libertarias germinan en los hijos de la actual y pavorosa crisis globalizada, imagino a ciudadanos que hoy se niegan a la domesticación y al silencio ¡Esto de la recuperación libertaria del pasado lo leí en un libro del gran filósofo suicida, el judío-alemán Walter Bemjamin! ¿Te das cuenta, cantante de Rapsodia Bohemia, que los libros ilustran y salvan? (Bebe un tequila. Se ve evidentemente ebria, drogada)… Pero no todo son buenos deseos: a veces dudo de mi optimismo y me viene el oscuro pesimismo al ver a los jóvenes enajenados sintiéndose reyes y reinas del internet, atrapados en la triste y obsesiva autopropaganda del selfie, soñándose influencers internacionales que infantilmente reproducen las peores ideas represivas de la cultura autoritaria…

EL GANSTER: (Se ríe) ¿Todavía crees en esas estúpidas utopías revolucionarias? ¿No te has dado cuenta que cambió el mundo?... y no cambió como lo querían tus filósofos de la libertad… lo que transforma el mundo es el dinero, la ambición individual, el conformismo, la obediencia... ¡Y el internet!…

LA DIVA: (Irónica) ¡Escúchame bien, hijito del O Sole Mío y la Mamma Mía!: como ya es demasiado tarde y estoy perdiendo las coordenadas del espacio y el tiempo, a continuación actuaré como si estuviera en el diván del psicoanalista… te contaré un tramo de mi biografía que conoces en versiones corregidas y aumentadas (Pausa. Aspira cocaína, bebe tequila) En aquella primera optimista y feliz época universitaria ¡Sí, de utopía revolucionaria!...fui pareja de un escritor, un poeta… en algo nos parecíamos… era un loco libertario con ideas radicales... los dos creíamos en la utopía, en la revolución, en la construcción de un mundo distinto, menos represivo y desquiciante... detestábamos el capitalismo y el socialismo realmente existentes, policíacos y burocráticos… él pensaba y escribía sobre la opresión y la libertad de las mujeres y el patriarcalismo autoritario, el estúpido machismo… igual que yo, el poeta andaba en la cuerda floja de la vida (Silencio. Bebe tequila. Titubea) Una madrugada de lluvia ligera y frío congelante, después de escribir un poema que tituló "El fin", mientras escuchaba interminablemente la canción de los Doors que lleva el mismo nombre, hizo su último acto radical (Pausa)…Tomó su última decisión libre y apostó por el "ser o la nada" jugando a la ruleta rusa…. la única bala en la pistola definió aquel juego en el filo de la depresión, acto subversivo y el más solitario de todos los juegos (Pausa. Se quiebra. Llora) Perdió…perdió la apuesta: lo derrotó el instinto de muerte… “Escritor se suicida escuchando canción de los Doors” “Poeta se quita la vida escribiendo y escuchando música” titularon los periódicos al día siguiente... un acto absurdo como todos los suicidios… el dolor fue insoportable… quise suicidarme... tuve miedo…intenté tragarme de golpe 50 pastillas de tafil recetadas contra el insomnio… me atacó el horror metafísico… arrojé el frasco a la calle (Pausa) Desde entonces me refugié en el alcohol, en la droga... no fui al manicomio gracias a la actuación… el teatro me salvó… provisionalmente... no escribí un poema con el tema del fin, pero tuve la fantasía de morir en el escenario tragándome esas 50 pastillas y bebiendo medio litro de tequila… imaginé una ceremonia teatral al estilo Jean Genet… muerte glamorosa, suntuosa… al final de una función... me salvó el miedo, el absurdo… ¡miedo después de muerta!... la vergüenza de salir retratada en ocho columnas de los periódicos amarillistas y en los escandalosos noticieros de televisión, como lo hicieron con el suicidio de mi poeta amoroso… en mi miedo y puro irracionalismo imaginaba la noticia: “Actriz se quita la vida en función de teatro” “Muere en el escenario con sobredosis de somníferos”… ¡Mi histeria y narcisismo en el límite! ¡Después de muerta me preocupaba por mi imagen!... Lo real es que me dominó la negación del suicidio… ¡Y aquí estoy! (Silencio. Aspira más cocaína. Al Ganster) Un par de años después te conocí, cuando tú distribuías y yo me iniciaba en el consumo de mariguana en los jardines de la universidad. Desde entonces empezó mi caída libre del último trapecio sin red de protección… de la cuerda floja pasé a ser trapecista improvisada en el gran circo del mundo (Pausa) Jamás fuiste mi amante. Fuiste mi eficiente y puntual proveedor de mierda en polvo blanco y de dólares para comprar el vacío… el lado oscuro de mi degradación, de mi perversión…y aquí estoy frente a ti (Al público) frente al público… en una puesta en escena falsa, interpretando el papel de una actriz en decadencia acompañada por un actor que en realidad nunca lo fue (Silencio, triste). Esta historia casi nunca la cuento… pocos amigos la conocen. Es un secreto que guardo en un olvido imposible, en la contradicción de mi conciencia desdichada, como dice el filósofo... hay un abismo ético, vital, pasional, entre el tiempo de existencia vivido con aquel poeta, mi primer absoluto y único amor, y el que vivo con un seudoactor que confunde personajes y hoy en vez de representar a un banquero masoquista, representa a un mafioso celoso, fanático, machista, desquiciado… ¡Que se niega a comenzar la función previamente anunciada! (Al público) Damas y caballeros: cuando el horror emerge desatado del inconsciente, hay una delgada frontera, turbulenta frontera en la que todo puede suceder (Pausa. Ríe burlona). "Pero todo pasó y todo acabó. Acabó el placer. Acabó nuestra relación. Acabaste tú… ¡Se acabó el teatro!"…

EL GANSTER: (Se carcajea) Además de contarme tu triste y secreta historia… ¿Me imitas?

LA DIVA: ¿Imitarte a ti?… ¡Ni loca!

EL GANSTER: (Sádico, obsesivo, triunfante) Acabas de imitarme, ¡Preciosa diva del teatro y de la droga! Repetiste ex-ac-ta-men-te las mismas palabras que dije yo (Consulta el reloj) hace 50 minutos con 28 segundos. Esas fueron palabras contundentes, definitivas. Palabras de ruptura. Palabras para el adiós. ¡Te mandé a la chingada, mi reina! Yo, tu rey, lo hice primero, como debe de ser. A un macho no lo humilla ni lo derrota una hembra. Por más anarquista, actriz, revolucionaria, drogadicta, soñadora, feminista o poeta que sea (Pausa) Ahora, tus palabras, que son mías, ya no tienen sentido. Salen sobrando. Están huecas. Vacías. Puro ruido sin alma. Son como las palabras que repiten interminablemente los personajes en “La cantante calva” ¿Te acuerdas de esa horrible obra sin pies ni cabeza que me diste a leer cundo entré al curso para principiantes de teatro?... pero esto (Señala el escenario y el público), no es teatro del absurdo…es la realidad. Y en la realidad, las pasiones y los actos son verdaderos; los golpes son verdaderos: duelen; la locura es verdadera: desquicia; la herida es verdadera: sangra; la muerte es verdadera: mata… (Le muestra la navaja. Ríe.)

LA DIVA: ¡Eh! ¡Qué te pasa!… ésta escena me recuerda un poema… (Recita) "Como navajas de afeitar, simples, peligrosos, nos deslizamos. Es el juego en la frontera de la memoria, el caos…" (Al público). ¿Recuerdan que John Lennon dijo que “el sueño había terminado”?... para mí la pesadilla ha terminado... se acabaron los simulacros. La realidad se impone en el absoluto que no tendrá tiempo… es lamentable que un acto privado...el más personal de todos, suceda ante ustedes... ¡Perdón, damas y caballeros! Las tragedias modernas se anuncian como las antiguas tragedias griegas… suceden sin esperarlas como tragedias cotidianas en este mundo de aberraciones y locuras.

EL GANSTER: … (Cierra la navaja, le apunta con la pistola) Te haré caso, mi reina... si tengo personalidad múltiple… pues me desdoblo, me triplico, me cuadruplico…me deshago en pedazos… de nada sirve esconderme ¡Estoy atrapado en mi propio espejo! O me ejecutan mis enemigos o me detiene la policía… tienes razón: se acabaron los padrinos en el gobierno. La ley me cobrará cuentas pendientes… y son muchas. Me aterra pasar el resto de mis días en una celda de alta seguridad (Pausa) Ahora quiero hacer el papel de matón, de asesino pasional. He pensado muy seriamente en quitarte la vida (Al público) ¡Y ninguno de ustedes intente detenerme porque puede recibir la bala mortal! (Pausa. Se sirve tequila) Entonces, a la Diva, ¡Reina del Cabaret!, el Rey de la Mafia (Se acerca al oído de la Diva)…el banquero de cuello blanco se perdió en la trama criminal… ¡Entonces, el Rey de la Mafia le rinde homenaje a la Diva del cabaret, como ella se merece! (Consulta el reloj y le apunta la pistola al corazón) Morirás ahora, en la realidad (Al público) a las 22 horas con 17 minutos y 39 segundos, del 20 de agosto del año 2021.Te quito la vida durante una función de teatro que nunca empezó. La función que se convirtió en un drama trágico: el último acto de tu existencia (Le dispara)…Y de la mía. Me voy contigo, mi reina ¡Diva del teatro!... lo demás será silencio… puro silencio. (Al público) ¡Y esto no es ficción teatral! (Se dispara en la sien. Cae sobre su silla. Pausa prolongada. La diva y el Ganster se ponen de pie)

EL GANSTER: (Relajado, se quita el sombrero, el saco, se limpia el sudor con el pañuelo) Amiga...

LA DIVA: (También relajada va al espejo, retoca su maquillaje) Dime...

EL GANSTER: ¿Tienes algún compromiso ésta noche?

LA DIVA: Ninguno. Salgo de aquí y voy a mi casa. Preparo una ensalada, unos tequilas y antes de dormir veo una buena película en la televisión…

EL GANSTER: Cuál película vas a ver.

LA DIVA: El Irlandés… la pasan en Netflix. Me la recomienda un amigo, dice que es buenísima. Claro, Martin Scorsese, Robert de Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel son una garantía de buena dirección y actuación, de cine interesante. Supongo que el reparto de actrices no tan conocidas y los demás actores, también es bueno. Scorsese es muy riguroso con la elección de actores y actrices ¿Viste la película?

EL GANSTER: No. Quiero verla pronto. Lástima que ya no está en pantalla de cine. No es lo mismo que verla en el aparato de televisión.

LA DIVA: Tienes razón, mil veces mejor ver una película en el cine que en la tele. Aunque tiene sus ventajas: puedes verla acostado en la cama, poner en pausa para servirte un tequila, contestar el teléfono o ir al baño… y sirve para retrasar y adelantar secuencias y congelar imágenes y diálogos, experimentando con el famoso extrañamiento o distanciamiento que plantea el dramaturgo Bertolt Brecht… ¿Por qué la pregunta de mi compromiso esta noche?

EL GANSTER: Te invito a cenar… quiero pedirte un consejo…

LA DIVA: ¿Consejo?...

EL GANSTER:…Voy a casarme.  Mi novia me puso un ultimátum para fijar fecha de la boda. No sé qué hacer. Tengo muchas dudas... la verdad me da miedo el matrimonio… guardo un secreto que pocos amigos conocen…

LA DIVA: (Divertida)… ¿Eres gay... de closet?… ¿Travestí de medianoche?...

EL GANSTER: …Pues… me gustan las mujeres, pero… ¡también me gustan los hombres! Todavía no defino mi sexualidad: no sé si soy heterosexual, homosexual...o bisexual… me siento en una encrucijada… No quiero seguir escondiéndome en el closet.

LA DIVA: ¿Y la casadera es heterosexual clásica? Ya ves que ahora hay diversidad y combinaciones sexuales…

EL GANSTER: Es humanista y heterosexual… clásica. Bueno, hasta donde me ha dicho. Profesa la fe cristiana: dice que desde Adán y Eva, el hombre es hombre y la mujer es mujer. Que lo demás son desviaciones de la naturaleza. No condena fanáticamente, pero no acepta la diversidad sexual. Se altera un poco cuando escucha ese tema. Piensa que la mujer o el hombre que no es heterosexual tiene serios problemas emocionales que deben tratarse con un psicólogo… estoy en un verdadero dilema existencial.

LA DIVA: ¡Vaya que sí! ¡Más que dilema, estás en un verdadero drama existencial!... No me gusta dar consejos, pero en casos urgentes como el tuyo siempre es bueno hablar. Te acepto la cena y yo invito los tequilas que me urgen para bajar la adrenalina y olvidarme del escenario. Esta función estuvo muy intensa.

EL GANSTER: Conozco un bar tranquilo, donde no hay tantos mirones. (Un guiño al público).

LA DIVA: ¡Pues vámonos hacia ese tranquilo bar! (Va hacia la salida)

EL GANSTER: ¡Espera!…

LA DIVA: … ¿Qué pasa?…

EL GANSTER: ¿Y la función con el banquero masoquista y la diva sádica?

LA DIVA: ¡Ah, esa es otra pieza teatral! Pero no te preocupes: seguramente el autor la escribirá y tal vez el director nos llamará para actuar en ella...algún día.

EL GANSTER: Algún día. (Salen de escena).

 

 

Fin.

 

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