En este número de Revista Pantagruélica publicamos el Dossier titulado EL FUTURO DE CONARTE, integrado con textos de los entonces funcionarios públicos que en 1995 impulsaron la fundación de la institución; de quienes han sido presidentas/es de la misma, colaboradores en distintas administraciones, ex vocales de los gremios artísticos, ensayistas y periodistas que ejercen la crítica en el ámbito de la cultura.

Debo decir que de 25 participantes en el campo cultural nuevoleonés invitados a escribir en la revista sobre su reflexión en torno al futuro de la institución, respondieron 16. Con sus artículos abrimos (e intentamos provocar) una reflexión pública sobre los 14 años de Conarte: su pasado, el presente y el futuro que le espera en un contexto socio-económico y político-cultural que genera violencia y se mueve en la frontera de la descomposición social y la incertidumbre sobre el modelo de sociedad que está en agonía y el nuevo que todavía no se perfila con claridad. Estamos viviendo  cambios profundos en el tejido de lo que se llama cultura. Asistimos a procesos reales y simbólicos inéditos (unos predecibles, otros impredecibles)  que ponen en crisis el paradigma de nuestra civilización en franca decadencia.

Se trata de un fenómeno global, nacional, local.

Con su historia y sus características propias, el estado de Nuevo León vive un  shock económico-político-social que lo ha sacado de su cápsula chovinista, su arrogancia empresarial, la amnesia histórica y del inducido conformismo ciudadano. En su campo cultural, en las artes y las ideas, se perciben y viven estos cambios radicales.

 

* NOTA.- El Dossier lo  publicamos en marzo de 2009. Después del ataque de hackers malquerientes que nos tumbaron la página en diciembre pasado, lo publicamos nuevamente de manera destacada como contribución a la reflexión y el debate que ahora se hace en torno a los montos del presupuesto de Conarte.

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)

No es exagerado decir que su porvenir se perfila ya en el nudo de los conflictos y contradicciones de la sociedad nuevoleonesa, en la medida que Conarte Es modelo de institución cultural pública realmente existente, fundada en principios y leyes para la operación y la gestión democrática, el debate, las ideas, la imaginación que se producen en el campo de la producción intelectual, cultural, artística. Y digo "modelo" entrecomillando la palabra.

Hace casi 14 años, el 7 de junio de 1995, se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Nuevo León, la ley que creaba el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE). Este organismo público descentralizado nace en los momentos más severos de la crisis económica y presupuestal y ha sobrevivido con éxito la alternancia del poder y los estilos diferentes de 5 gobernadores. En esta ocasión me interesa comentar, en primer lugar, en torno a las motivaciones y circunstancias que originaron la propuesta de este nuevo esquema de promoción cultural; en segundo lugar, sobre el papel de la participación ciudadana como el elemento que explica su permanencia institucional y finalmente, mostrar que CONARTE es un ejemplo de una forma de gobernanza de redes democráticas mediante las cuáles se establece una nueva relación entre el gobierno y la sociedad civil en cuanto a la promoción cultural.

Preludio

Después de la campaña política en la que Sócrates Rizzo fue electo gobernador, Mentor fue designado como Coordinador de Comunicación Social. El había convencido a Rizzo de la necesidad de incluir a la Dirección de Canal 28 y Radio Gobierno en el proyecto del área de comunicación social, lo que consiguió. Mentor tenía muy claro que, cuando un sistema de radio, público o privado, se encuentra inmerso en un esquema de televisión, los recursos para radio escasearán, ya que la televisión es muy demandante de capitales.

"Cours camarade, le vieux monde est derrière toi!"

Paris, mayo del 68

"We had a healthy disrespect for the impossible"

Sergey Brin/(Co-fundador de Google)

 

Veo a CONARTE, y en general al trabajo que se hizo en Radio Nuevo León, como casos exitosos de cambio dentro de la administración pública. Que Rodolfo Garza confiese que es el proyecto más apasionante en el que ha participado, nos ilustra que sí se puede cambiar el status quo cuando se actúa con una visión progresista, con un equipo honesto, con rigor intelectual y con un nivel de exigencia de alta calidad en beneficio de la comunidad.

La cultura como fuerza integradora de la sociedad propicia una identidad de grupo y una diversidad que responde al desarrollo y a la necesidad de plantear las interrogantes sobre el devenir del hombre y su existencia. Cada pueblo posee su sistema de creencias, lenguaje, símbolos, costumbres, técnicas, arte, creaciones, que en Occidente van desde el ideal griego o Paideia vinculado con la educación y cultura como un valor moral y humano capaz de inspirar la vida de los ciudadanos, pasando por todas las manifestaciones de los grupos sociales hasta llegar a nuestra época, reconociendo la riqueza universal de los pueblos y la inteligencia y sensibilidad de sus pobladores.

Conarte cumplirá 15 años en 2010. No es un periodo demasiado largo para una institución pública, y menos en un campo como el de la cultura y las artes, pero es a la vez un lapso que pone a prueba cualquier iniciativa colectiva. Las siguientes líneas expresan mi perspectiva sobre la trayectoria de este organismo y sugieren algunos retos de la política cultural nuevoleonesa.

El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nuevo León se concibe como una estructura democrática para la integración del cuerpo colegiado que lo integra, formado por dos grupos de consejeros: El primero está formado por los artistas y creadores que representan a quienes realizan actividades artísticas en las diferentes áreas o disciplinas artísticas: literatura, teatro, danza, cine, pintura y otras. El segundo grupo de consejeros lo conforman representantes designados por el Gobernador y que reúnan algunas características como ser promotores culturales o significarse por su actividad a favor de las artes en el estado.

La promoción de la cultura es como emprender una aventura hacia territorios inexplorados en los que, a pesar de las cartografías, el recorrido en cada ocasión será diferente. Lo cierto es que en este camino cada región, cada colectividad, obligan al expedicionario a transitarlos con los ojos muy abiertos.

 Los objetivos de la promoción de la cultura, encargada a CONARTE en el Estado, incluyen elevar el nivel de la calidad de vida de los habitantes de Nuevo León, a través de estimular el conocimiento, la sensibilidad, el humanismo y la capacidad de comunicación.

El primer contacto que tuve con la idea de formar un Consejo para la Cultura en Nuevo León fue a raíz de una invitación a colaborar con el grupo de análisis que revisó las ponencias presentadas dentro del marco de unos foros de consulta popular realizados en 1994 por la entonces Secretaría de Desarrollo Social que dirigía Mentor Tijerina.

 En estas reuniones, a las que asistíamos alrededor de veinte personas, que se celebraron cada quince días durante un poco más de seis meses, se fue perfilando el concepto del Consejo para la Cultura de Nuevo León. Bajo la dirección de Alejandra Rangel que entonces fungía como directora de las bibliotecas del Estado, se fue modelando la estructura que luego se le presentó al gobernador Sócrates Rizzo. A partir de dicha estructura se diseñó una propuesta de ley que dio nacimiento a este concepto emanado, supuestamente, de todos aquellos que tuvieron a bien participar en los foros de consulta popular. Digo supuestamente porque me consta que solo se tomaron en consideración las ideas que ya estaban encaminadas a la creación de dicho Consejo, y éstas, se manipularon a discreción haciendo que todo pareciese que había sido resultado de estos foros.

Una vez que el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León comenzó a ganar legitimidad entre los gremios de artistas y éstos decidieron participar en las vocalías, conformando consejos críticos y ciudadanizados, el Gobernador José Natividad González Parás perdió súbitamente el interés en el CONARTE y, dejándolo prácticamente en la marginación presupuestal, activó sus múltiples contactos con la Iniciativa Privada, para ahora sí, partir y repartir el pastel a su antojo. "Tenemos que ajustarnos" dijo el Presidente del Consejo, Romeo Flores Caballero, al ser cuestionado por el bajo presupuesto que recibirá en este año 2009, mientras el aparato gubernamental impulsa, con partidas o con gestiones, la privatización de la oferta cultural en Nuevo León.

Un "gentleman" sin cuentas claras

 A sus 75 años, Romeo Flores Caballero se mantiene físicamente elegante haciendo honor a su segundo apellido, pero políticamente menoscabado y disminuido a la sombra del odio que le profesa el gobernador Natividad González Paras.

 Progresista en sus ideas, refinado en las maneras y astuto en la contienda que reparte el pastel del casi extinto priísmo más vanguardista, Flores Caballero se ha mantenido "a salto de mata" en los últimos años de su opacada carrera funcionarial, asumiendo puestos mediocres muy por debajo de sus potencialidades, por tal de seguir viviendo del Estado.

 Las ideas que voy a tratar, prácticamente son las mismas que ya escribí hace dos años en Los Tubos, han cambiado poco pero la problemática respecto a TV y Radio N.L. se ha agudizado y las respuestas y soluciones son más urgentes hoy cuando comienza la carrera por la gubernatura en nuestro Estado, y una redefinición del papel que estos medios cumplen es más que necesaria, inaplazable.

Las leyes en general y más las que rigen los organismos públicos, tienen su génesis en el diseño tras bambalinas que realizan personajes o escribanos que siguen los dictados del gobernante en turno, o la de un técnico que propone, analiza, prospectiva y sugiere los temas a deliberar por el legislativo; pocas son las iniciativas ciudadanas que llegan a buen puerto. En esta colaboración pretendo ir más allá de escribanos y técnicos, por lo que sugiero una temática mínima que auxilie en el proceso revisor de las normas que dictan la forma a regular la administración de la cultura en la entidad.

La fundación del Consejo para la Cultura de Nuevo León activó el proceso por el cual las Culturas Populares adquirieron en la institución un rango de importancia similar al de las llamadas bellas artes. Con la convicción de las dos primeras presidencias del CONARTE (maestra Alejandra Rangel y maestra Carolina Farías) y del equipo de la Coordinación de Proyectos Estratégicos, más tarde Dirección de Culturas Populares, de la importancia de las Culturas Populares como parte medular de la diversidad cultural de Nuevo León. Con la intención de facilitar a los sectores excluidos su acceso a los bienes culturales e impulsar la creatividad en el área de las Culturas Populares, el criterio normativo se centró en brindarles la misma atención y apoyo que el que reciben quienes preservan y crean las llamadas bellas artes.

Luego de décadas de bajo impacto de la producción cinematográfica de Nuevo León, a partir del año 2001 emergió un movimiento que a la vuelta de seis años llegó a colocar a este estado como el segundo polo de producción de cine en nuestro país y como un modelo a nivel nacional en lo referente a la organización de los artistas y la consecución de fondos públicos para la creación filmica.

Hace unos diez años entré por primera vez en contacto con Conarte y encontré una organización que no tiene igual en todo el país. Lo que la hace diferente es una idea bastante sencilla: establecer un modelo en una institución gubernamental que permita la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones.

Y como cualquier organización democrática que da entrada a la opinión de un gran número de personas, a veces parecería que vive en el caos de Babel, cada quien habla su propio idioma.

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