10 de junio de 1971 y la Autonomía de la UANL

40 años de "Autonomía" de la UANL.

Las autoridades universitarias conmemoraron el pasado 6 de junio el 40 Aniversario de la Autonomía de la UANL.

El torrente de demagogia que llovió sobre el campus universitario fue inversamente proporcional a la verdad de los hechos: "Aquella fecha histórica en que sus maestros, alumnos y trabajadores perseveraron para que esta Casa de Estudios pudiera regirse con base en sus propias decisiones, y sobre todo con la consigna de ponerse al día en la investigación científica, social, filosófica y artística" evocó el Gobernador priista Rodrigo Medina en el evento conmemorativo, sin mencionar que su antecesor el priista Eduardo Elizondo y su Congreso conformado por sus secuaces del mismo partido fueron los enemigos de aquel movimiento de estudiantes, trabajadores y maestros universitarios.

 

Jesús Ancer Rodríguez, Rector de la UANL afirmó en el mismo evento: "En estas cuatro décadas, la autonomía ha permitido a la institución reconocerse como un organismo con fines eminentemente científicos, responsable de crear, extender y difundir la cultura; formadora de ciudadanos íntegros preparados en los diferentes ámbitos profesionales". La realidad es que al amparo de la Autonomía, funcionarios universitarios han hecho prósperos negocios y han fincado impenetrables feudos mientras mantienen domesticados a los estudiantes, masivamente preparados para servir con docilidad al capital. La verdad es que muchos de los beneficiarios de la Autonomía de la UANL fueron los más enconados enemigos de ese movimiento.

No fue esa la Autonomía por la que lucharon los estudiantes de aquella época. Aquella buscaba desarrollar la conciencia crítica de los estudiantes, acercar la Universidad al pueblo que le da sustento, abrir sus puertas a los hijos de los trabajadores que generan la riqueza que mantiene a las universidades. Por esta Autonomía lucharon los universitarios, fueron perseguidos por el Gobierno estatal hasta que éste fue obligado por el Gobierno Federal presidido entonces por Luis Echeverría Alvarez a escoger entre la renuncia o una ley modificada a conveniencia de la política de LEA.

El Congreso que había aprobado la abominable "Ley Elizondo" no acompañó a su Gobernador en la renuncia, más bien volvió a cubrirse de ignominia con la aprobación de una nueva Ley Orgánica de la Universidad (todavía vigente) que decretó la Autonomía de palabra pero la sepultó en los hechos con la creación de la Junta de Gobierno, categórica negación de la democracia universitaria.

El estudiantado, fuerza motriz del movimiento por la Autonomía, se enfrentó a la decisión de aceptar esa Autonomía mutilada y continuar la lucha por echar abajo la Junta de Gobierno y conseguir la paridad en el Consejo Universitario y en las Juntas Directivas de las escuelas (se aprobó la integración de las Juntas con un tercio del estudiantado) o bien volver a clases, dejando para otro momento la continuación del movimiento.

En ese momento, los estudiantes de la UNAM se levantaron para impulsar a sus camaradas de la UANL a luchar por la Autonomía completa, rechazando al Junta de Gobierno que ellos bien conocían. Consideraron que era un buen motivo para alentar a sus propios compañeros a volver a la movilización, después de más de dos años de parálisis por el terror impuesto en la capital con la matanza de Tlatelolco.

En Nuevo León, sin embargo, después de tres meses de paro, la mayoría de las escuelas estaba regresando a clases considerando que la renuncia de Elizondo y la Autonomía mutilada eran, después de todo, un triunfo parcial y que la lucha se podría reiniciar en el siguiente ciclo escolar. Sólo unas pocas, entre ellas las Facultades de Economía y Trabajo Social decidieron dar por perdido el semestre y continuar el movimiento.

Aún así, los estudiantes de México decidieron salir a la calle el 10 de junio de 1971 con las banderas de solidaridad hacia el estudiantado de la UANL. Una comisión de estudiantes de la UANL viajó al DF para colocarse a la vanguardia de la marcha. En medio de los más oscuros presagios, los universitarios pagaron con su sangre una vez más su decisión de convertir en realidad los conceptos de democracia, libertad de expresión, Universidad al pueblo y porqué no, "auténtica Autonomía",

El gobierno priista de Luis Echeverría utilizó al grupo paramilitar "Halcones", entrenados por miembros del Ejército mexicano desde 1966 al servicio del Depto. del DF para ahogar en sangre este intento de recuperar las calles.

La "Autonomía" de la UANL nació así, bautizada con sangre. Los universitarios de la UANL no deben ignorar jamás esta deuda de sangre con sus camaradas de la UNAM.

Esta mutilada "Autonomía" devino en su contrario: los estudiantes han perdido su autonomía respecto a las autoridades que los reprimen o los compran; las elecciones de las autoridades y hasta las de sus propias mesas directivas son un a farsa; han aceptado el regreso de los exámenes de admisión, han permitido que cada año el 30 por ciento de los jóvenes que tocan a las puertas de la UANL queden afuera, han permitido la privatización de laboratorios, centros de investigación y hasta del Hospital Universitario; han aceptado dejar de aspirar a ser conciencia crítica de la sociedad y brillan por su ausencia en las grandes causas del pueblo que requieren su solidaridad.

Hoy, el estudiantado de la UANL parece estar más sometido que nunca antes de la "Autonomía". Sin embargo, si antes despertó, bien puede volver a hacerlo.

 

Jueves 9 de junio de 2011.

 

* Héctor Camero Haro fue Consejero Alumno de la facultad de Medicina de la UNL en 1969, y miembro del comité Central de Lucha de la UANL en 197.

 

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)

Hoy 5 Semana 121 Mes 730 Total 1392723